La primera escuela de sordomudos en México

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El profesor francés Eduardo Alfonso Huet Merlo, sordomudo que impulsó la educación para niños con esta discapacidad tanto en Francia como en Brasil, arribó a México a principios de 1866 por invitación de Benito Juárez para que instituyera una escuela para niños sordomudos. 

A pesar de que México se encontraba entonces gobernado por el Segundo Imperio, dicha empresa pudo concretarse gracias al apoyo del filántropo mexicano José Urbano Fonseca, quien fuera ministro de Justicia y de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Mariano Arista, pues influyó en don Ignacio Trigueros –importante impulsor de la educación inclusiva–, y en la municipalidad para que se financiara la institución, la cual, finalmente, se estableció en la sede provisoria del antiguo Colegio de San Juan de Letrán en ese mismo año. 

El proyecto de Eduardo Huet y José Trigueros inició únicamente con tres alumnos, mismos que estuvieron a cargo del maestro francés. El 16 de diciembre de 1866, los pequeños pupilos presentaron su primer examen, hecho sobre el que el Diario del Imperio publicó:

El domingo pasado hemos tenido el gusto de saber que en México existe tan importante institución, y de presenciar los exámenes de tres niños sordomudos, de familias pobres, que en siete meses han aprendido el alfabeto, a escribir y que comprenden el idioma de señas de su interesante profesor D. Eduardo Huet, también sordomudo, el cual, por ser francés, tiene el doble mérito de haber enseñado a los niños en español, que escriben con perfecta ortografía.

Un año después, tras la caída del Imperio y con el proyecto de Restauración republicana, Benito Juárez instauró la Ley Orgánica de Instrucción Pública, la cual propició la creación de la Escuela Nacional Preparatoria a través de Gabino Barreda, y de la Escuela Nacional de Sordomudos, dirigida por su fundador Eduardo Huet, estableciéndose en el ex Convento de las capuchinas de Corpus Christi. De esta manera, la Escuela de Sordomudos contó con un plan de estudios oficial: 1) Lengua española, escrita, expresada por medio del alfabeto manual y pronunciado; 2) Aritmética; 3) Teneduría de libros; 4) Catecismo; 5) Geografía; 6) Historia; 7) Historia natural; 8) Horticultura; y 9) Trabajos manuales de bordado para niñas.

Durante su mandato, Juárez estableció un vínculo muy cercano con la escuela, llegando a firmar los diplomas de los niños y a entregárselos personalmente. Esta costumbre se conservó todavía un tiempo más con otros mandatarios como Sebastián Lerdo de Tejada.

Desde entonces, en México se han gestado importantes reformas en favor de la inclusión educativa. Sin embargo, aún deben redoblarse los esfuerzos a través de cambios sociales que permitan la inclusión de las personas sordomudas en estratos cada vez más amplios y significativos. Tal vez, en un futuro, la lengua de señas llegue a ser una materia obligatoria en las escuelas elementales. Aquello sería un gran avance, tanto moral como intelectual en nuestra sociedad. 

 

Bibliografía consultada:

  • “La Escuela de Sordomudos”, en El Diario del Imperio, Tomo IV, Núm. 593, 20 de diciembre de 1866, p.2.
  • El siglo de Torreón, 28 de noviembre de 2013, en línea.
  • Meneses Morales, Ernesto, Tendencias educativas oficiales en México:1821-1911, México, Universidad Iberoamericana, 1998.
  • Rivera Cambas, Manuel, México pintoresco artístico y monumental, Tomo II, México, Imprenta de la Reforma, 1880, pp.280-286.
  • Jullian, Cristian, Génesis de la comunidad silente en México, Tesis para obtener el título de Licenciado en Historia, México, UNAM, 2002.
  • Tovar y de Teresa, Guillermo, La ciudad de los palacios, Tomo I, México, Vuelta, 1990.

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